El 24 de marzo de 1976 las fuerzas armadas argentinas tomaron por la fuerza en poder. No fue la primera dictadura que padeció el pueblo de nuestro país; pero, sí la más sanguinaria. Se institucionalizó el terrorismo de estado y la represión que ya sufría la sociedad argentina se profundizó con una cruenta secuela de muertos, prisioneros, exiliados y detenidos-desaparecidos. Argentina pasó - en el lapso marzo 1.976 a diciembre 1.982 – a ser sinónimo del terrible término "desaparecido". Los organismos de derechos humanos calculan en 30 mil el número de personas víctimas de ese método terrorista.
Para llevar a cabo sus siniestros planes los militares no dejaron vestigio alguno de legalidad. El Poder Judicial fue complaciente, sino cómplice, dando respuestas meramente formales a los centenares de recursos de habeas corpus presentados por los familiares de los desaparecidos. Eran muy pocos los abogados que se atrevían a patrocinar esas peticiones, mucho menos presentarlas ante los Tribunales, desde donde muchas veces se pasaba información a los funcionarios de la dictadura. En ese periodo hubo aproximadamente 130 abogados detenidos desaparecidos cuyo paradero aún se ignora y muchos murieron, sufrieron la cárcel o el exilio.